viernes, 31 de agosto de 2007

Congoñas y garullos

En el post anterior comentaba que hay palabras que enamoran. Pero también hay palabras que dan "yuyu". Como tendremos que viajar allí en breve, consulto en la wikipedia los datos básicos de Sao Paulo, la mayor ciudad del Brasil. Sus dos principales aeropuertos se llaman Congonhas y Garulhos. Pues no me tranquiliza nada. ¿Puede ser seguro un aeropuerto con semejante nombre?.

Me imagino el titular: "Avion se pega una tremenda congoña contra la torre de control. Los bomberos recogen los garullos de los pasajeros esparcidos por la pista". Joer, que mal rollito... Bromas aparte, algo así es lo que pasó el 17 de julio en Congonhas. Un avión de pasajeros se estrello contra un edificio al final de la pista: 200 muertos.



Vale, mejor me distraigo con otra cosa. Cierro el navegador y cotilleo a ver que hace Bob, de producción. Está consultando los precios de vehículos de alquiler en Medellín, Colombia. ¿Que tal, Bob? ¿Baratos? Pues si muy baratos. El precio sube algo si lo quieres blindado. Joer, Bob, si que está mal la cosa si los alquilan blindados... Bueno, me dice, la seguridad ha mejorado mucho desde que palmó Pablo Escobar, pero ya que tienen comprada la flota... no van a tirarlos. Es un sólo un poco más caro. Por la diferencia los alquilamos blindados. ¿Y que tal en Cali? En Cali los alquilan blindados por defecto. Pero por un pequeño suplemento te ponen un chófer especializado en "conducción defensiva". Joeeeer, más buen rollito todavia.

Así que apago el ordenador y me voy a vacunarme contra la fiebre amarilla, siguiendo los consejos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Sanidad Exterior está ahora en el puerto, junto a las instalaciones de la Copa de América. Localizo el edificio. La entrada es una puerta muy pequeñita, como de servicio. Dentro hay mucho ambiente. En la sala de espera hay dos docenas de tipos y tipas demacrados. Unos cuantos se agolpan junto a la ventanilla de las enfermeras, que tienen los cristales cerrados y ponen cara de susto. Al menos las dos más jóvenes. La más mayor, una auténtica matrona romana, mira a los parroquianos con cara de "como salga os pongo firmes a tetazos". En el otro extremo de la sala un segurata intenta separar a cuatro que se están peleando. Aprovecho unos segundos de tregua para poner cara de buen chaval y preguntarle entre hostia y hostia: "por favor... ¿Sanidad Exterior es aqui?". El segurata, muy amable, sin soltar las solapas de un pequeñajo con muy mala leche me ayuda a orientarme: "Sanidad Exterior está al otro lado del edificio. Aqui es el dispensario de metadona".

Ya estoy protegido contra los mosquitos cabrones del Brasil. Seguro que me será muy útil la próxima vez que busque trabajo: "Se ofrece guionista vacunado"

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