jueves, 17 de septiembre de 2009

Youtube, la propiedad intelectual y el derecho a adquirir un poquito de cultura



Los que sois seguidores habituales de mi blog ya conoceis una serie de artículos en los que comento algunas martingalas del trabajo de guionista poniendo como ejemplos algunos breves fragmentos de peliculas clásicas. He dedicado posts a La estrategia del caracol, Cuando Harry encontró a Sally, El Gran Dictador, El apartamento, La semilla del diablo... y alguna más que se me olvida, porque han sido unos cuantos artículos.

Para ello buscaba en Youtube el fragmento, si estaba disponible, o lo subia yo mismo tomándolo de mi videoteca personal. Estas pequeñas muestras me permitian ilustrar temas como los mecanismos de anticipación, las presentaciones de personajes, etc...

Lo hacia creyendo - y asumiendo las consecuencias - que estaba bordeando la legalidad. Eso si, con la conciencia muy tranquila: dudo que esta actividad restase un sólo centimo de sus legítimos beneficios a los titulares del copyright. Y a cambio mi pequeña aportación contribuia - muy humildemente, eso sí- a aumentar la cultura cinematográfica de mis lectores, escasos por otra parte. Y ese granito de arena no deja de ser beneficioso a la larga para el cine, como arte y como industria.

Uno de mis artículos más queridos es el que dediqué a analizar la primera escena de El hombre tranquilo, de John Ford, poniéndola como ejemplo a seguir y -atención propietarios del copyright- invitando a verla a todo el que no la hubiese visto. O sea, procurándoles nuevos clientes.

Repasando el blog me encuentro con que Youtube ha suprimido el video y el artículo queda inservible. Curiosamente (toquemos madera) no ha hecho lo mismo con los fragmentos de otras peliculas que tambien he venido utilizando.

Pero como no acabo de estar de acuerdo con el asunto, me tomo la molestia de buscar y leer la Ley de Propiedad Intelectual española. Y ahi me encuentro con el apartado primero de su artículo 32. Dice asi:

Artículo 32. Cita e ilustración de la enseñanza.

1. Es lícita la inclusión en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza escrita, sonora o audiovisual, así como la de obras aisladas de carácter plástico o fotográfico figurativo, siempre que se trate de obras ya divulgadas y su inclusión se realice a título de cita o para su análisis, comentario o juicio crítico. Tal utilización sólo podrá realizarse con fines docentes o de investigación, en la medida justificada por el fin de esa incorporación e indicando la fuente y el nombre del autor de la obra utilizada.


Pues por lo que se ve no estoy tan fuera de la Ley: la obra ya está divulgada, la incluyo como cita para su comentario o juicio crítico, los fines son docentes (aunque sea una docencia no reglada) e indico -además en los terminos más elogiosos- la fuente y el autor. Ahora ya se que lo que he venido haciendo no sólo no es ilícito, sino que la Ley contempla explicitamente esta excepción. Ha sido Youtube quien la ha incumplido aplicando injustamente un criterio restrictivo en exceso.

Y ahora.. ¿que hago? Podria reclamar a Youtube y exigir la reposición del video pero... ¿y si lo que hacen es joderme tambien los otros posts? Tal vez sea mejor envainársela y aceptarlo como un mal menor. ¿Que pensais vosotros?

NOTA: (añadida con posterioridad a la primera redacción)

Tras consultar mi cuenta en Youtube compruebo que no se ha eliminado el video, sino que se ha bloqueado la opción de incrustarlo en otras páginas, por una reclamación de los titulares del copyright. Youtube me ofrece la posibilidad de impugnar esta reclamación y así lo he hecho, acogiéndome al art. 32 de la Ley de Propiedad Intelectual.
Creo que no hace falta aclarar que, siendo yo mismo autor, estoy a favor de la máxima protección de los derechos. Pero también creo que limitar las actividades de difusión cultural es un error que nos perjudica a la larga. A ver en que queda todo esto...

miércoles, 16 de septiembre de 2009

¿De quién es La Internacional?



Tras los sonados avisos a Fuente Ovejuna y Zalamea, la SGAE le ha recordado al PSOE que cantar La Internacional también obliga a pagar derechos de autor. Aunque parece ser que al final la SGAE ha optado por hacer la vista gorda ("no tenemos suficientes inspectores para estar en todas partes"), la notícia ha tenido un cierto recorrido en los medios.

Este no es un tema de voracidad española: hace pocos años la SACEM (el equivalente francés de la SGAE) reclamó mil euros a un actor por silbar La Internacional durante siete segundos en una escena de su película.

O sea, que el himno de la Internacional Obrera, la unión de todos aquellos que querian una sociedad en la que todo fuese de todos, no puede cantarse libremente. Como las paradojas me activan las neuronas me he permitido investigar un poco este tema.

La Internacional nació en primer lugar como poema. Su autor fue el poeta y obrero del transporte Eugène Pottier quien formó parte del Consejo Revolucionario de París en los dias de la Comuna, en 1870. Como Le temps des cérisses, otra hermosísima canción, la Internacional nació en los últimos dias de aquella revolución, en la conocida como Semana Sangrienta por la crudeza de la represión.

Posteriormente, los obreros textiles de Lille la adoptaron como himno, aunque a falta de una música propia, acoplaron sus estrofas a La Marsellesa. Esta fusión con La Marsellesa no gustaba a muchos revolucionarios. Jules Vallès escribía refiriéndose a La Marsellesa: "Vuestra Marsellesa actual me causa horror. Ha sido transformada en un cántico del Estado. No entusiasma a los voluntarios, dirige rebaños. No es la alarma del voluntariado, sino el ruido monótono del cencerro colgado del cuello de los bueyes".

En 1888, dieciocho años después de la Comuna, el director del coro obrero La Lyre des Travailleurs, de Lille, recibe una copia del poema de Pottier,que ha fallecido un año antes, con el encargo ponerle música. Se trata de Pierre Degeyter, músico y ferroviario. De esta forma, la Internacional podrá usarse como himno del recien nacido Partido Obrero Francés, precursor del PSF de Jaurès.

La utilización de la Internacional, que se ha hecho muy popular en pocos años, como himno de la clase obrera de todo el mundo se acuerda en 1904, a raiz del Congreso de la II Internacional celebrado en Amsterdam y se ratifica en el Congreso de Stuttgart de 1910. Pero el empujón definitivo lo recibe tras la Revolución Bolchevique, en que la naciente URSS lo adopta como himno nacional.

Paradójicamente, este himno a la fraternidad humana, dió lugar a una sucesión de pleitos entre hermanos. Aprovechando que la partitura venia firmada sólo con el apellido, Adolphe Degeytes intentó que los tribunales le atribuyesen a él la composición. En primera instancia el Tribunal del Sena atribuye la obra a Adolphe (aunque éste le ha reconocido a Pierre en carta privada que él no es el autor). Los sucesivos pleitos se alargan hasta 1922, en que Pierre ve por fin reconocida legalmente su autoria. Adolphe se suicida poco antes de éste último fallo judicial.

Pese a los homenajes recibidos (Degeytes fue invitado de honor de Stalin en el X Aniversario de la revolución), el músico, como años antes el poeta, murió en la miseria en 1932. Lo que ya no sé es cómo llegó la titularidad de los derechos de La Internacional hasta la editorial Le Chant du Monde, su actual propietaria, y además este post ya se alarga demasiado. Prometo investigarlo y volver al tema más adelante. En Estados Unidos, por cierto, pertenece al dominio público (total, allí no la canta nadie) y según la wikipedia tambien es de dominio público en la Unión Europea, a excepción de Francia, pero por lo visto en España tampoco.

La pregunta que queda en el aire es si la SGAE, la SACEM o cualquier entidad similar reclamará sus derechos a los que ya pagaron con años de cárcel por entonarla. O a los herederos de los que la cantaron ante el piquete de fusilamiento. Si es asi, le ruego a D. Teddy Bautista le perdone la deuda a las Trece Rosas y a tantos otros.

martes, 15 de septiembre de 2009

De Menandro a Paco Martínez Soria: en defensa de la cultura clásica



A los muchos sofocos que se llevan desde hace años los profesores de latín y griego, se une ahora la nueva normativa de la selectividad. Las asignaturas se puntúan aplicando un índice mayor o menor según la carrera a estudiar. Por ejemplo, para un futuro estudiante de ingenieria las matemáticas tendrian un índice muy alto y la historia del arte bajo. En principio todo muy lógico. El problema es que incluso carreras como filologia hispánica valoran el latín como si fuese completamente prescindible para un estudioso de la lengua. Me parece un despropósito. Lamentablemente, la cultura clásica y sus áreas de conocimiento asociadas se convierten en una opción muy poco apetecible para los estudiantes de bachillerato e incluso para los universitarios.

No entraré en los detalles del procedimiento, tediosos como toda cuestión administrativa ( y tampoco los conozco más que por encima, tal y como me lo han contado personas más interesadas). Quien quiera conocer los pormenores de este asunto puede encontrar unas cuantas referencias en la red.

Tampoco voy a hacer aqui el inventario de los beneficios que un buen conocimiento de la cultura clásica puede reportarles a las diferentes profesiones. Ya se ha escrito mucho sobre el tema y mejor de lo que yo pueda hacerlo. Así que me limitaré a lo que me cae más cerca. ¿Que puede decir un guionista en favor del griego y el latín y de la cultura clásica en general?

Para empezar, no deja de ser curioso que en los libros de los grandes gurús del guión, en su apartado de bibliografia, recomienden siempre la lectura de la Poética de Aristóteles. Hace un par de veranos la releí con atención y, salvo algunos matices de época, me pareció vigente en un 90%. Asuntos tan básicos como la estructura en tres actos, el conflicto como motor de la historia, la adecuación de los personajes, etc... ya vienen definidos y de manera no muy diferente a como lo entendemos hoy. McKee y Aristóteles están mucho más cerca de lo que parece.

Los guionistas acudimos muchas veces a la lectura de la prensa para encontrar temas. En el diario podemos leer cosas tan susceptibles de convertirse en guión como: "Asesina a sus propios hijos para vengarse de su pareja". Y pensamos qué cosas más terribles se hacen ahora. ¿Ahora? Éste fué el procedimiento elegido por Medea para castigar la infidelidad de su marido. ¿Conflictos entre los sentimientos y el deber? Hollywood nos ofrece un amplio muestrario, pero sepamos que este tema arranca de Antígona. ¿Que seria de Els Joglars o los Monty Python si no hubiese existido antes Aristófanes?. Menandro inventó la comedia de costumbres, familiar, amable, con final feliz... ¿Que otra cosa son las películas de Paco Martínez Soria o las series como Médico de familia? Cuando Humphrey Bogart, en La Reina de Africa, tiene que decidir entre pasar el rio por los rápidos o pasarlo cerca de los cañones alemanes... ¿no tiene algo de Ulises teniendo que elegir entre Escila y Caribdis?. Aprovecho para recomendar una lectura: "En bandeja de Plauto" , acerca de los paralelismos entre la comedia de Plauto y los films de Billy Wilder.

Nuestro oficio es viejo, muy viejo, aunque nos quieran convencer de lo contrario. Por mucho que la tecnologia de los efectos especiales sugiera otra cosa, no somos más que cuentacuentos, los herederos de aquellos que se sentaban de noche junto a la hoguera de la tribu y nuestros recursos básicos son los mismos. Lo son tambien nuestros fines: entretener, conmover, ayudar a desbloquear la fantasia del publico. Nos hace mucha más falta entender cómo funciona el coro de una tragedia que conocer las teclas de un Avid. La nuestra es una de esas profesiones que pierde - y mucho - con cada retroceso de la cultura clásica. Un guionista que no se sienta deudor de Homero es un ingrato. O un presuntuoso.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Los 400 golpes, cincuenta años y un casting



Este año se han cumplido los cincuenta años del estreno de Los 400 golpes, de François Truffaut, considerada la película fundacional de la Nouvelle Vague. Debo confesar que, a dia de hoy, me suelo aburrir con Goddard o con Agnès Varda. La fascinación orginal ha desaparecido con los años. Pero con Truffaut no me sucede esto: continuo encontrando sus películas llenas de frescura, de ironia, de encanto... Los 400 golpes no fue su primera película, pero si la que le consagró como cineasta.

La vida de Truffaut fue bastante agitada: de niño estuvo en un correccional por pequeños hurtos y, más tarde, pasó un tiempo en la cárcel condenado por desertor. Así que no es de extrañar que su primer héroe de ficción fuese Antoine Doinel, un adolescente conflictivo como el mismo Truffaut. Mi amigo Manolo, psicólogo que suele actuar como perito de la Justicia en asuntos de familia, me dijo en cierta ocasión que todo trabajador social deberia ver esta película. Creo que tiene toda la razón. Es difícil encontrar un retrato más punzante de la soledad de un chaval.

El personaje de Doinel se mantuvo vivo durante veinte años, en tres películas más, intrepretado siempre por el actor Jean Pierre Léaud. En Los 400 golpes, Léaud, hijo de una actriz de segunda fila, tiene solo 14 años y ya ha hecho algunos pinitos como actor de reparto. Léaud, aunque tiene una extensa filmografia, no hizo una gran carrera como actor fuera de sus trabajos con Truffaut. Y ninguno, para mi gusto, a la altura de lo que fue ése milagro llamado Los 400 golpes.

Trasteando por el Youtube me encuentro con este tesoro: un rollo del casting que se realizó para la película. En él aparecen el mismo Léaud y Patrick Auffay, quien finalmente se quedaria con el papel del amigo de Antoine Doinel. Vale la pena verlo y comprobar el desparpajo con el que se expresaba el chaval. Aún no se sabia que Los 400 golpes acabaria siendo una obra maestra, pero, viendo este casting cincuenta años después, es evidente que el protagonista prometia.