viernes, 31 de octubre de 2008

Geena Rowlands, mi loca preferida o el guión ¿sin guión?.

Reconozco que el cine de John Cassavetes ha sido, durante años, una de mis muchas asignaturas pendientes. Pero a partir de un taller con Jorge Goldenberg me propuse cubrir esa laguna en mi culturilla cinematográfica. Me fascinó una de las películas que revisamos juntos a fondo: Una mujer bajo la influencia.

Locas en el cine ha habido muchas y memorables. Pero yo tengo debilidad por ésta. Geena Rowlands consiguió por este trabajo la nominación al Óscar a la mejor protagonista. Este film muestra el proceso gradual que lleva a Mabel desde una cierta inestabilidad hasta enloquecer casi por completo. La secuencia que os incluyo es todavia una de las primeras del film, pero el personaje ya apunta maneras. Un momento cotidiano, despedir a lo hijos que marchan con la abuela de fin de semana, se escenifica con gran nerviosismo y acumulación de actitudes sorprendentes.




Me salta enseguida a la vista su vestimenta descuidada y chillona, su manera de caminar a tropezones, perdiendo las zapatillas en el césped. Nunca he visto a nadie acercar una bicicleta de una manera tan extraña y poco eficiente como Mabel cuando lleva al coche la de su hijo, con un pié cambiado sobre el pedal y empujando con el pié contrario. Su manera de dirigir la maniobra de la abuela para incorporarse a la circulación. Y la demencial serie de recomendaciones que le hace: "No quiero que pienses: Mabel se lo estará psando bien y no voy a molestarla porque uno de sus hijos se está desangrando". La cara de la abuela oyéndola no tiene precio.

¿Unos buenos actores con un buen guión detrás? Pues habria que matizar mucho. Se ha dicho que Cassavetes rodaba sin guión y confiaba en la improvisación. No es del todo cierto. Lo que no tenía era un guión escrito previo al trabajo con los actores. Elaboraba cuidadosamentel e orden de las secuencias y su significado dentro de la estructura del film. Pero la puesta en escena, los dialogos, las acotaciones no estaban escritas hasta despues de haberlas trabajado - y ahi la improvisación si era fundamental- muy a fondo con sus actores. Una vez hecho esto ya no era necesario escribir. Todos llevaban la secuencia completamente interiorizada porque habian contribuido a su creación. Cassavetes además siempre dió cabida a sus sugerencias e inclusó modificó por ello líneas de acción fundamentales. El resultado: unas películas frescas y naturales como pocas. No en vano Cassavetes ha sido aclamado por el Dogma como uno de sus mas respetados precedentes.

Pero es que además habia otro truco: los fuertes vínculos personales en el equipo. De hecho Geena Rowlands, la protagonista de sus peliculas, era además su esposa en la vida real. Los actores masculinos preferidos de Cassavetes, Ben Gazzara y Peter Falk, eran además grandes amigos de la pareja. Quiero decir algo más que profesionales que se llevan bien... amigos de verdad, de los que vienen a la barbacoa del domingo. Y de paso, como les encanta, trabajan juntos durante la tarde.

Este carácter de equipo basado en afinidades personales reales es la base del milagro Cassavetes, imposible de reproducir si no hay ése feeling previo absoluamente personal. Y más difícil aún en medio de las exigencias de la industria, sus plazos y sus puñetas. Por eso creo que pocos guiones habrán sido tan meticulosamente elaborados como estos no-guiones trabajados entre amigos. En fin, una gozada.

jueves, 30 de octubre de 2008

Carlos Velo, Buñuel, hormigas y atunes



La Historia del Cine de Román Gubern, me puso tras la pista de Carlos Velo. Este gallego, que se trasladó a Madrid, a principios de la década de los 30, para ejercer como profesor de entomología en la Universidad Central terminó sin embargo ejerciendo de cineasta en México.

Velo solía asistir como espectador a las sesiones de cine de la Residencia de Estudiantes. Allí conoció la obra de Eisenstein, Pudovkin, Flaherty... y se apasionó con el cine. Fué fundador, poco después, del cineclub de la Federación Universitaria Escolar (FUE).

Según la leyenda, este cinéfilo y entomólogo fué quien le facilitó a Luis Buñuel las hormigas rojas que aparecen en una de las más famosas secuencias de Un perro andaluz.

Carlos Velo fué uno de tantos exiliados tras la Guerra Civil. Como su amigo Buñuel, se dirigió a México. Allí simultaneó sus tareas como profesor de ciencias con las de director y animador del mundillo cinematográfico mexicano. Anduvo en tantas historias que prefiero remitiros al correspondiente artículo de la Wikipedia. Simplemente destacaré que fué el autor de una adaptación del Pedro Páramo de Juan Rulfo y, a finales de los 50, uno de los fundadores del ICAIC cubano.

Aunque durante su carrera realizó numerosos documentales, éste que os presento aqui es, quizá, el más significativo desde el punto de vista histórico. Almadrabas, sobre la pesca del atún en la Bahia de Cádiz, es del año 34. Es decir, del mismo año que Men of Aran de Flaherty. Así que no cabe duda de que como documentalista, Carlos Velo fué al compás de su tiempo. Aqui os dejo un fragmento. Ah, la música es de Rodolfo Halffter. Que lo disfruteis.

martes, 28 de octubre de 2008

Sobre Halloween, calabazas, espectros y el Tenorio



Mi hija lo tiene claro: Mamá ha comprado unas flores porque como el sábado es Halloween iremos al cementerio a ponerselas a los abuelos. O sea, una empanada monumental lleva la pobrecilla. Sólo tiene 7 años e intento racionarle las sesiones de Disney Channel. Pero es que el enemigo está más adentro de lo que parece. La llevo a un cole de la progresia cultural. Pues tampoco allí está a salvo...

Leo en un post reciente de un colega (disculpa, amigo, no tengo a mano la referencia para citarte) que quizá una de las razones para este exito arrollador del Halloween sea el escaso contrapeso que podemos oponer. Y dice que en en estas fechas sólo hemos tenido la tradición de representar D. Juan Tenorio.

No sé... recuerdo cuando era pequeño que el equipo de Estudio 1 preparaba un Tenorio cada año. Por allí pasaron la flor y nata de los actores españoles. Hoy en dia un Tenorio tal cual, de capa y espada, resultaria casposo. Pero... y si le echasemos un poco de imaginación? Podria ser divertidísmo intentar hacer versiones: Tenorio Rapero, Tenorio y cibersexo, Tenorio y crisis financiera... Si gente como Santiago Segura o Buenafuente se ponen a ello puede ser estupendo.

Pero creo que ha habido mucho más que Tenorio. Una de las primeras lecturas que me impresionaron fué "El monte de las ánimas" de Gustavo Adolfo Becquer, una de sus leyendas más populares. Creo que en la cultura europea - o simplemente en el carácter humano- hay un poso muy considerable que nos predispone a las "historias de miedo". Cualquiera de nosotros ha vivido en noches de acampada la típica sesión de contarlas. Y, otro recuerdo de la tele de mi infancia, pocos productos hemos tenido tan dignos como aquellas "Historias para no dormir" de Chicho Ibañez Serrador.

O sea, que tenemos en Todos los Santos, la noche de difuntos, elementos más que suficientes para construir historias con un tremendo gancho para el público. Si las cadenas apostasen por ello en lugar de tanta serie de adolescentes yanquis pidiendo caramelos por las casas disfrazados de bruja... mmmmm... escalofrios me dan de pensarlo.