martes, 15 de septiembre de 2009

De Menandro a Paco Martínez Soria: en defensa de la cultura clásica



A los muchos sofocos que se llevan desde hace años los profesores de latín y griego, se une ahora la nueva normativa de la selectividad. Las asignaturas se puntúan aplicando un índice mayor o menor según la carrera a estudiar. Por ejemplo, para un futuro estudiante de ingenieria las matemáticas tendrian un índice muy alto y la historia del arte bajo. En principio todo muy lógico. El problema es que incluso carreras como filologia hispánica valoran el latín como si fuese completamente prescindible para un estudioso de la lengua. Me parece un despropósito. Lamentablemente, la cultura clásica y sus áreas de conocimiento asociadas se convierten en una opción muy poco apetecible para los estudiantes de bachillerato e incluso para los universitarios.

No entraré en los detalles del procedimiento, tediosos como toda cuestión administrativa ( y tampoco los conozco más que por encima, tal y como me lo han contado personas más interesadas). Quien quiera conocer los pormenores de este asunto puede encontrar unas cuantas referencias en la red.

Tampoco voy a hacer aqui el inventario de los beneficios que un buen conocimiento de la cultura clásica puede reportarles a las diferentes profesiones. Ya se ha escrito mucho sobre el tema y mejor de lo que yo pueda hacerlo. Así que me limitaré a lo que me cae más cerca. ¿Que puede decir un guionista en favor del griego y el latín y de la cultura clásica en general?

Para empezar, no deja de ser curioso que en los libros de los grandes gurús del guión, en su apartado de bibliografia, recomienden siempre la lectura de la Poética de Aristóteles. Hace un par de veranos la releí con atención y, salvo algunos matices de época, me pareció vigente en un 90%. Asuntos tan básicos como la estructura en tres actos, el conflicto como motor de la historia, la adecuación de los personajes, etc... ya vienen definidos y de manera no muy diferente a como lo entendemos hoy. McKee y Aristóteles están mucho más cerca de lo que parece.

Los guionistas acudimos muchas veces a la lectura de la prensa para encontrar temas. En el diario podemos leer cosas tan susceptibles de convertirse en guión como: "Asesina a sus propios hijos para vengarse de su pareja". Y pensamos qué cosas más terribles se hacen ahora. ¿Ahora? Éste fué el procedimiento elegido por Medea para castigar la infidelidad de su marido. ¿Conflictos entre los sentimientos y el deber? Hollywood nos ofrece un amplio muestrario, pero sepamos que este tema arranca de Antígona. ¿Que seria de Els Joglars o los Monty Python si no hubiese existido antes Aristófanes?. Menandro inventó la comedia de costumbres, familiar, amable, con final feliz... ¿Que otra cosa son las películas de Paco Martínez Soria o las series como Médico de familia? Cuando Humphrey Bogart, en La Reina de Africa, tiene que decidir entre pasar el rio por los rápidos o pasarlo cerca de los cañones alemanes... ¿no tiene algo de Ulises teniendo que elegir entre Escila y Caribdis?. Aprovecho para recomendar una lectura: "En bandeja de Plauto" , acerca de los paralelismos entre la comedia de Plauto y los films de Billy Wilder.

Nuestro oficio es viejo, muy viejo, aunque nos quieran convencer de lo contrario. Por mucho que la tecnologia de los efectos especiales sugiera otra cosa, no somos más que cuentacuentos, los herederos de aquellos que se sentaban de noche junto a la hoguera de la tribu y nuestros recursos básicos son los mismos. Lo son tambien nuestros fines: entretener, conmover, ayudar a desbloquear la fantasia del publico. Nos hace mucha más falta entender cómo funciona el coro de una tragedia que conocer las teclas de un Avid. La nuestra es una de esas profesiones que pierde - y mucho - con cada retroceso de la cultura clásica. Un guionista que no se sienta deudor de Homero es un ingrato. O un presuntuoso.

No hay comentarios: