domingo, 16 de noviembre de 2008
Poesia para guionistas: Edgar Lee Masters
La primera persona que me habló de Edgar Lee Masters fué mi buen amigo el poeta y profesor Pere Bessó, hará ya unos veinte años, en una de nuestras larguísimas noches de copas en el Barrio del Carmen de Valencia. Son muchos los descubrimientos literarios que le debo a Pere, pero éste es uno de los más afortunados.
E.L. Masters fué un periodista y poeta que trabajó en Chicago a principios del siglo XX. Se le recuerda sólo por un gran libro (el resto es obra menor): La Antología de Spoon River. Desde la primera lectura me ha acompañado como libro de cabecera al que vuelvo con frecuencia. Y que recomiendo siempre que se pone a tiro algún posible lector.
¿Y qué tiene que ver esto con los guiones? Se tiende a pensar que el género literario más próximo al cine es la novela, aunque muchas novelas - y no de las malas -son antivisuales desde la primera a la última página. En cambio vemos la poesia como un género ajeno a la narración audiovisual, un mero entretenimiento para neuróticos devoradores de palabras. Y no es así necesariamente. Hay poetas con una capacidad admirable para generar imágenes y además encadenarlas en una dramaturgia impecable. Uno de ellos es Edgar Lee Masters.
La Antologia de Spoon River es una selección ficticia de los epitafios del cementerio de la pequeña ciudad imaginaria de Spoon River. Son poemas breves en los que la voz del muerto hace balance, en muy pocas líneas, de su vida y su tiempo. Hay entre ellos lamentos, gritos, bromas, ironias, reflexiones, paradojas... y todos juntos componen un retrato fantástico de su sociedad y su época, a la manera de una Divina Comedia de los años 20. Tambien remite a los clásicos catálogos de "caracteres" que de siglo en siglo reaparecen en la literatura (Teofrasto, La Bruyère...).
La Antologia permite además un estímulante juego. Dado que muchos de los difuntos eran en vida parientes, amigos, rivales políticos o de negocios... sus epitafios, leídos en grupo, dicen mucho más de lo que dicen individualmente. Nada es tan sencillo como lo cuenta cada uno de los protagonistas. Es un libro que resulta trememendamente humano,incluso tierno o conmovedor, a la vez que divertido y muy irónico. Muy recomendable para cualquier lector exigente en general. Y para guionistas en particular.
Ya he contado en otro post la gran sorpresa que me llevé cuando Jorge Goldenberg nos propuso a los asistentes a un seminario un ejercicio práctico. Al repartir las fotocopias con el material de base para el ejercicio resultaron ser poemas de la Antología de Spoon River. Así que me alegró mucho comprobar que esto que ahora os propongo no es una tonteria exclusivamente mia, sino que hay al menos otro loco que la comparte.
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